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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Como China dominará el mundo

Escribe: Luciano Pyres*

Algunos conocidos volvieron de China impresionados. Un producto  del que Brasil fabrica un millón de unidades, China en una sola fábrica produce 40 millones.
La calidad es equivalente  y la velocidad de distribución impresionante. Los chinos colocan cualquier producto en el mercado en cuestión de semanas, a precios que son una fracción de los brasileños
Una de las fábricas se está trasladando al interior porque los salarios de la región en que se halla instalada son demasiado altos: 100 dólares. Un obrero brasileño gana 300 dólares mínimo que sumados a los impuestos y otros beneficios equivalen a 600 dólares. Cuando  los comparamos, con los 100 dólares que reciben los chinos sin prácticamente ningún otro beneficio…nos hallamos frente a una esclavitud amarilla, y alimentándola…
¿Horas extraordinarias? En la China…Olvídelas!!! La gente allí está tan agradecida de tener un empleo que trabaja horas extras a cambio de nada…
Detrás de esta “situación” está la gran trampa china. No se trata de una estrategia comercial, sino de una estrategia de “poder” para conquistar el mercado occidental. Los chinos están sacando provecho de la actitud de los “comerciantes” occidentales, que prefieren tercerizar la producción  quedándose tan sólo con lo que le agrega valor: la marca.
Difícilmente podrá usted comprar en las grandes redes comerciales  de los EE.UU.  algún producto “made in USA”. Es todo “made in China”, con una marca estadounidense. Las empresas ganan riadas de dinero  comprándoles a los chinos por centavos y vendiendo luego  por centenares de dólares. Sólo les interesa el lucro inmediato a cualquier precio. Aún al costo de cerrar sus fábricas  y generar una brutal desocupación. Es lo que podría llamarse “estrategia del precio”.
Mientras los occidentales tercerizan sus emprendimientos  y ganan en el corto plazo, China aprovecha ese enfoque  e instala unidades productivas de alta performance para dominar en el largo plazo.
Mientras las grandes potencias mercantiles se quedan con sus marcas, con el diseño..sus garras, los chinos se quedan con la producción, asistiéndolos, estimulándolos y contribuyendo al desmantelamiento de los escasos parques industriales occidentales.
Muy pronto ya no habrá más fábricas de zapatillas deportivas o de calzados en el mundo occidental. Sólo existirán en China. De modo que en el futuro próximo veremos cómo los producto chinos aumentan sus precios produciendo un “shock manufacturero” como sucedió con el shock petrolero en los años 70. Y entonces será ya demasiado tarde.
Entonces el mundo se dará cuenta de que levantar nuevas fábricas tendrá costos prohibitivos y deberá  rendirse al poderío chino. Se dará cuenta de que alimentó a un enorme dragón y se convirtió en su rehén. Un dragón que aumentará gradualmente sus precios, puesto que será quien dicte las nuevas leyes del mercado y será luego quien mande, pues tendrá el monopolio de la producción.
Ya que será también el dueño de las fábricas, de los stocks y de los empleos y quien regulará los precios.
Nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos asistiremos a una inversión de las reglas de juego actuales, lo que producirá en las economías occidentales el impacto de una bomba atómica…china. En ese momento, cuando el mundo occidental se dé cuenta, será demasiado tarde.
Ese día, los ejecutivos occidentales mirarán tristemente las ruinas de sus antiguas fábricas, a sus técnicos jubilados jugando a las cartas en las plazas y llorarán sobre la chatarra de sus parques fabriles destruidos.
Y se acordarán entonces, con mucha nostalgia, del tiempo en que ganaban dinero comprando “fardos de mercaderías de los esclavos” y  vendiendo caras sus “marcas registradas” a sus  coterráneos.
Y entonces, entristecidos, abrirán sus despensas y almorzarán sus marcas que ya estarán pasadas de moda y que por tanto, habrán dejado de ser poderosas, porque todas habrán sido copiadas…


REFLEXIONEN Y COMIENCEN YA A COMPRAR PRODUCTOS DE FABRICACIÓN NACIONAL, FOMENTANDO EL EMPLEO EN SU PAÍS, POR LA SUPERVIVENCIA DE SU AMIGO, DE SU VECINO Y HASTA DE USTED MISMO… Y LA DE SUS DESCENDIENTES.
Piensen además…
Y ¿su poderío bélico-militar?
Quedaremos rehenes y a su merced, es decir, estamos hoy alimentando a la cobra que nos morderá en el futuro!

*Director de marketing de Dana y profesional de la comunicación. 

viernes, 16 de septiembre de 2011

Barchilón


BARCHILON

Siete años eran corridos desde que los alborotos por la intemperancia del virrey Blasco Núñez y las ambiciones de Gonzalo Pizarro y de los encomenderos tuvieron fin en la derrota de Xaquixahuana o Saxsahuamán, el 9 de abril de 1548.
El vencedor, Pedro de la Gasca, ahorcó vencidos como quien ahorca ratas. En cuerda y azote se gastaba Juan Enríquez -verdugo del Cuzco- un dineral, y los emolumentos no lo compensaban.
Pedro Fernández Barchilón, de Córdoba, España, cabo de piqueros, fue uno de los pizarristas condenados a morir.
Ajusticiados Gonzalo y sus tenientes don Francisco de Carbajal ( Sus frases célebres cuando herido lo capturaron y llevaban  en camilla decía:  Hay, hay  mis cabellicos maire (madre), uno a uno se los lleva el aire y para concluir : de  niño en cuna y de viejo en cuna hay que fortuna) y el otro de apellido Acosta, al día siguiente ejecutarían a Fernández Barchilón, quien era de los que hacen ascos a la muerte, porque esa noche acongojóse, a punto de tener pataleta como Doña Melindres.
Auxiliaba a los sentenciados el franciscano Chávez, quien movido a lástima por los extremos del cabo, fuese a la Gasca y pidióle que conmutara la pena impuesta a ese pobre diablo de rebelde. “Sería como ahorcar a una liebre” -dijo el fraile.
- Si es tan mandria ese belitre, -dijo La Gasca- que vaya a servir en las galeras de Su Majestad a ración, sin sueldo.
Casi enloqueció de gozo Fernández, cuando Chávez le dijo que quedaba libre de la horca. Y llevándoselo a su celda, le proporcionó recursos para que se fugase del Cuzco.
Fundado por el Cabildo (1555), el hospital de Guamanga, se le dio la administración a un hombrecillo- de cinco pies de talla, barrigudo, chato y con cara de pascuas. Era nada menos que Fernández Barchilón, el antiguo rebelde, quien llevaba su caridad hasta atender las más groseras necesidades del enfermo: “¡Barchilón!” -le gritaban, familiarizados con él.
Y como no siempre sabían los enfermos el nombre de las personas que los ayudaban se dio, por generalización, el nombre de barchilones a los sirvientes de hospital. Del Hospital de Guamanga pasó a los de Lima, y a los de México, y a los de toda América Latina la palabra “barchilón”, como la última jerarquía de sirvientes de hospital. Hasta los franceses dicen “monsier le barchilón”.
Sépalo la Real Academia de la Lengua Española. 
PERUANISMO reconocido como americanismo. ¡Gloria a Fernández Barchilón! Su caridad inmortalizó su apellido.
Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma